lunes, 16 de octubre de 2017

LA CASA DE LOS FANTASMAS


Había una casa muy hermosa, antigua colonial preciosa
Afueras de la ciudad, donde se respiraba  aparente tranquilidad
Varias familias la habían habitado, pero antes  de un mes estaba todo solo y cerrado
Decían que asustaban,  voces ruidosas los abrumaban.

Pasos escalofriantes se escuchaban,  las luces en la noche se prendían y apagaban
Cuando dormían sus cobijas eran quitadas, se sentían fantasmicas miradas
Los platos en el comedor a veces los lanzaban,  parecía que a los habitantes odiaban
Hicieron más de mil oraciones, agua bendita y celestiales canciones.

Llamaron a varios curas y pastores, pero nadie sacaba  de la casa los terroríficos dolores
El último propietario la puso en venta,  rogaba quien la comprara no se diera cuenta
Unos extranjeros se enamoraron de la morada, la mujer llamada Sue, se sintió enamorada
La compraron y al siguiente día la habitaron.

Era una pareja japonesa,  corazón de gran belleza, con bastante amor y gentileza  
La primera noche no sintieron nada, todo parecía armoniosa paz como un cuento de hadas
Al siguiente día su esposo Niko, se fue a laborar; Sue, se quedó sola en los que haceres del hogar
 De repente  del sótano salían voces de dolor, ella se aferró a Dios y a su amor.

Muy valiente  bajó para observar que pasaba, las puertas del sótano solas se azotaban
Ella dijo, por el poder de Dios, su hijo y el Espíritu Santo, quienes andan penando, recuerden que  la luz los está esperando
Todo quedó en  tranquilidad, de repente Sue, fue empujada con brutalidad
Ella tirada en el suelo dijo, la sangre de Cristo tiene poder, aquí solo hay luz y amor que los puede vencer.

Un fuerte humo por la ventana salió, Sue hacia afuera corrió
Estuvo esperando en  el jardín  toda  la tarde a su  marido, al llegar le contó lo sucedido
Niko era médium,  y decidieron en la noche invocarlos, para así poder enfrentarlos
Tomados de las manos realizaron invocaciones,  con la cruz universal realizaron las oraciones.

La mesa  y la casa temblaban, Sue y Niko a la fe más fuerte se aferraban
Una voz les dijo, váyanse de aquí  es nuestro este lugar,  solo nosotros los podemos cuidar y amar
Niko se dio cuenta que eran benévolos  estos seres; les dijo, veo en ustedes unos bellos amaneceres
Por favor cuéntenos su historia, así podemos  ayudarlos a buscar la gloria.

Dos ancianos se hicieron presentes, del siglo XVIII parecían estos entes
Sue temblaba, Niko la tranquilizaba
La anciana comenzó a dialogar, dijo,  este es nuestro hogar
Aquí creció nuestro amor, todo era paz interior.

Nunca tuvimos hijos, pero a la caridad permanecíamos fijos
Luego el anciano dijo, fundamos  un hogar para huérfanos,  todos vivíamos en unidad como hermanos
Varias personas del pueblo pensaban que éramos millonarios, porque ayudábamos a  varios
Una noche fuimos atacados,  los recuerdos nuestros fueron borrados.

Despertamos   sin  daño alguno, seguimos viviendo todos como Dios en uno
Pero algo raro sucedió, unos fantasmas nuestra casa invadió
Eran diferentes, terroríficos entes
Invadían nuestro espacio  y tranquilidad,  eran de mucha crueldad.


Ahora que los podemos contactar, por favor váyanse no nos vengan a asustar
Niko, se dio cuenta que no se habían enterado de lo sucedido, inconsciente del  pasado habían vivido
Ellos pensaban que estaban con vida;  Niko les dijo, les contaré nuestra venida
Los amamos con todo el corazón, pero ustedes olvidaron la razón.

En aquel asalto fueron  asesinados, por los hombres malvados
Aman tanto este lugar que no lo quieren dejar
De pronto tengan razón en que somos fantasmas,  porque han sufrido duros karmas
Los ancianos lloraron y dulcemente se abrazaron.

Todos los niños salieron  a abrazar a los ancianos, se amaban como fieles hermanos
Niko y Sue, oraron y abrieron un portal,  los ancianos y los niños unidos de las manos caminaron a luz elemental
Después de unos días, en honor a los ancianos;  Niko y Sue, fundaron un centro para niños desamparados
 Gracias Dios por esta paranormal historia, eres mi maravillosa gloria.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón

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