jueves, 28 de septiembre de 2017

ANTONIO Y LIBERTAD


En las calles con hambre  y frío andaban,  algunos seres los insultaban
Desprotegidos y sin hogar, el dolor los quería ahogar
Abandonados por sus hijos  sin gratitud,  ya olvidaron su amor y virtud
Se encontraron en un ancianato, pero había mucho maltrato.
Se hicieron grandes amigos de lealtad, él se llamaba Antonio y ella Libertad
Decidieron escaparse a  la deriva,  solo llevaron una ración de comida
El frio los acechaba,  la gente indiferente  los miraban, nadie los aceptaba
Los dos viejitos empezaron a sufrir, ya no querían vivir.
Libertad, le dijo, ya no puedo más, el amor lo olvidaron los demás
Mis hijos al igual que  los tuyos, nos han abandonado, nuestro Ser de cariño no se ha llenado
Ya somos viejos ancianos,  la compasión se ha perdido entre los humanos.
Ella empieza a llorar; Antonio, la  abraza con dolor y su alma se quiere desmoronar.
Le dice, no llores más Libertad, se fuerte porque muy pronto  Dios nos dará la eternidad
El, parte un pan seco  y le brinda la mitad, con las manos sucias come la pobre Libertad
Luego deciden irse al mar, Antonio le dice, toma mi mano por fin nos van amar
Libertad, toma su mano temblorosa, ingresan al mar, ella está nerviosa.
Antonio le dice, no te preocupes vamos a descansar, a Dios vamos a alcanzar
Ahí no habrá dolor, solo será Dicha y honor
El hambre, maltratos y enfermedad  no existirá, por siempre la felicidad será
Ambos cerraron sus ojos y se hundieron en la profundidad, sus espíritus salieron a la libertad.
Dos seres de Luz los guiaron a la dimensión del Creador, se acabó la tristeza y el dolor
Viven felices en el paraíso, almas puras Dios los hizo.
Protejamos a los ancianitos, siempre amémoslos, nunca en su vejez hay que dejarlos solitos
Recuerda que nos dieron la vida, gracias Dios eso nunca se me olvida.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón 

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