QUIERO VIVIR

Al nacer todo era felicidad, de cariño y piedad

Mis padres me llenaban de  ternura, sintiéndome en la celestial hermosura

A mis siete años todo era  armonía, donde la paz era noche y día

A mi madre yo abrazaba, con dulzura ella me miraba.

Pero unos seres sin corazón iniciaron una guerra,  donde no había dialogo ni tregua

Escuchaba fuertes sonidos, mi padre con angustia me tapaba los oídos

De repente hubo una fuerte explosión,  rápido me latía el corazón

Mis padres me protegían, sus voces de nostalgia se sentían.

Luego miré sus cuerpos ensangrentados, habían muerto mis padres amados

Yo empecé a gritar, tristemente era mi llorar

Tocaba sus caritas, angelicales y bonitas

Decía: “despierten mamita y papito, me encuentro con miedo y solito…

Yo los amo con mi alma, son mi dulce  calma.

Pero ellos no despertaban,  mis pensamientos de dolor se olvidaban

Quedé desmayado, al abrir mis ojos observé que estaba una parte de mi cuerpo enyesado

Escuchaba muchas ambulancias, decían que se habían acabado las medicinas de las farmacias.

Niños, niñas, jóvenes, mujeres, ancianos heridos,  se notaban nostálgicos y de amargura vencidos

Estuve traumatizado, de ver tantos cuerpos sin vida, quedé horrorizado

Hoy  en mi mente continua la pena, la guerra una triste condena

Por favor todos merecemos vivir, como hermanos debemos compartir.

Ya dejemos la codicia y ambición, tengan piedad y consideración

Renunciemos a derramar sangre inocente, recuerden que el amor en todos está presente

Todos tenemos familia y somos iguales, dejen de causar tantos males

En el nombre de Dios destruyen,  y de sus errores huyen.

Ya es hora de tomar conciencia, recordemos que somos racionales y de civilizada ciencia

Es hora de ver la luz, recordando las palabras del que murió en la cruz

El apocalipsis lo creamos nosotros,  matando y condenando a  otros

Si  el mundo se destruye será por nuestras propias manos, es mejor vivir en unidad y como hermanos.

Gracias Dios por ser pacificadores de tu palabra, que el amor la mente y el corazón abra.

Bendiciones,

Yider Elder Araque Cerón