domingo, 22 de mayo de 2016

NIÑOS TRABAJADORES DE LA CALLE

Pedrito de 10 años, era mayor de cinco hermanos, su padre los abandonó, como hacen muchos equivocados  humanos
Su madre, lavaba  ropa ajena, con gran sufrimiento y pena
El dinero no les alcanza para subsistir,   así que Pedrito, salía a vender sus caramelos y dulces para poder él y su familia existir
Mamá les inculcaba buenos valores; ser responsables, honestos y colaboradores.

Pedrito salía con su canasta a vender, que triste era su crecer
Sonriente y alegre ofrecía, - a la orden… dulce, galletas, caramelos-, siempre tiernamente decía
Algunas personas piadosas le compraban, otros niños y adultos de él se burlaban
A veces en la calle le robaban, por oponer resistencia lo golpeaban.

Él miraba hacia el cielo, llorando a Dios pedía consuelo
Decía, papito Dios no me desampares, envía a tus ángeles para que amparen
Soy un niño indefenso y piadoso, cúbreme Padre celestial poderoso
En ocasiones llegaba a casa maltratado, su madre llorando lo abrazaba y le decía, eres mi hijo amado.

 Lavaba sus heridas, que tristes eran sus vidas
Otras veces llegaba muy feliz con el dinero de las ventas, donde ya podían saldar algunas cuentas
Su madre decía, hoy vamos a comer pollo asado, ellos agradecían y aplaudían con agrado
Eran sobras de comida que le regalaban  donde ella laboraba, pero como el manjar más rico lo apreciaba.

 Ellos oraban  y comían con agrado, como si estuvieran festejando el más sublime grado
A veces en la calle a Pedrito le brindaban dinero de compasión,  el decía, no me regalen, mejor compren mi producto y así cumpliré mi honrada misión
La gente admiraba sus valores, era el niño de mil amores
Cierto día el niño se levantó felizmente, abrazó a sus hermanitos y mamá como la unidad perfecta de la Universal Fuente.   

De sus únicos cuatro trajes escogió el mejor, se vistió y salió a la calle a vender con amor
Su ternura era angelical, hermoso Ser especial
En la calle dos pandillas se enfrentaban sin compasión, Pedrito pasaba por aquel lugar,  de repente una bala perdida atravesó su corazón
El  cuerpecito cayó  ensangrentado, se fue a la luz un inocente Ser amado.

Después de unos minutos su madre llegó y lo cargó  en sus brazos; gimiendo de tristeza ya que se separaron los terrenales lazos
Adiós, Pedrito de mi alma, que tu espíritu descanse en el verdadero paraíso de luz y calma
Esta historia es para reflexionar, los niños no deben  en la calle trabajar
Los gobiernos tienen que recapacitar, al prójimo necesitado deben ayudar

Brindándoles  apoyo y educación, para formar una mejor nación
Las parejas deben de ser responsables en el acto sexual, un hijo se trae al mundo planeándolo de manera especial
Para brindarles todo lo necesario, amor y  buena calidad de vida a diario
Gracias Dios por tomar conciencia, amar estas lindas criaturas es la verdadera ciencia.
Bendiciones,




Yider Elder Araque Cerón  

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